Recientemente se publicó en la revista científica estadounidense PNAS una investigación multicéntrica en 29 países, encabezado por el Instituto de investigaciones biomédicas de Barcelona (IDIBAPS). Se analizaron 7 876 imágenes de RMN de cráneo de alto campo (1,5 y 3 Teslas) de sujetos adultos sanos. De los participantes, 4078 fueron imágenes de mujeres y 3798 de hombres. Los países que contribuyeron con el mayor número de neuroimágenes fueron Estados Unidos (22%) seguido por China (15%). Esto último podría sugerir que los hallazgos se explican por las marcadas diferencias entre estas naciones. Sin embargo, los resultados del estudio no se modificaron si se excluían los casos de ambas.
Entre sus hallazgos fundamentales se concluyó que, en los países con más desarrollo en los temas de igualdad de género, no se observaron diferencias significativas en la estructura encefálica entre ambos sexos. Por lo contrario, aquellos en donde predomina la exposición desigual y la violencia hacia la mujer; la corteza cerebral del hemisferio derecho es más delgada en éstas; especialmente la corteza orbitofrontal medial y cingulada anterior (áreas límbicas implicadas en la formación y el procesamiento de la memoria, aprendizaje y control emocional). Por tanto, la dificultad para acceder a la educación y ambientes de estimulación intelectual en el sexo femenino, pueden ser los principales responsables del menor rendimiento académico e incluso de la mayor prevalencia de trastornos mentales que presentan. Ante esto, se formula la hipótesis de que junto a la disminución del grosor cortical se produce remodelación dendrítica asociada a una poda sináptica (reducción en las conexiones neuronales), los cuales son cambios que interesantemente, también se observan en la depresión y en los trastornos de estrés postraumático.
Estas asociaciones podrían estar relacionadas con modificaciones muy precoces en el desarrollo, puesto que el grosor cortical alcanza su punto máximo muy temprano en la maduración cerebral. La exposición a un entorno adverso y la posterior respuesta al estrés mantenido durante la vida, podría ser la explicación a las diferencias en el grosor de estar regiones cerebrales entre hombres y mujeres, las cuales son sutiles inicialmente y se acentúan durante el envejecimiento.
Aunque se necesitan más investigaciones con mayor potencia estadística y de corte longitudinal para establecer causa-efecto de este fenómeno, ciertamente refuerza la importancia del entorno social en nuestro desarrollo evolutivo y sienta las bases iniciales desde un punto de vista neurobiológico, para futuras políticas que permitan reducir la desigualdad de género a escala global.
Referencias a consultar:
Zugman A, Alliende LM, Medel V, Bethlehem RAI, Seidlitz J, Ringlein G et al. Country-level gender inequality is associated with structural differences in the brains of women and men. Proc Natl Acad Sci U S A. 2023 May 16;120(20):e2218782120. doi: 10.1073/pnas.221878212