Arte de enriquecer los sentidos.
Como consecuencia de la interpretación errónea de sucesos o fenómenos que no comprendemos, hemos llenado de sesgos la historia de la humanidad. Ver el mundo de una forma diferente representa un desafío como consecuencia de la hostilidad humana, que interpreta lo diferente como extraño. 

¿Sabías que algunas personas generan un HALO DE COLORES cuando ven un contorno humano? 

Esta capacidad de ver colores alrededor de las personas (que no todos podemos percibir) y a su vez, que esos colores transmitan emociones dándole una connotación psicológica positiva o negativa (aura), fue interpretado durante siglos como una forma de poder místico. 
Este fenómeno ocurre en aproximadamente el 4% de la población mundial y quienes lo presentan son llamados sinéstetas. La sinestesia es la capacidad de evocar sensaciones en sentidos distintos del que fue estimulado inicialmente. Se debe a que se establecen asociaciones sensoriales cruzadas, es decir, se conjugan los sentidos; y entonces:
  • Lo que vemos nos evoca un color, …todas las personas llamadas Gretel me recuerdan el verde, incluso cuando escribo su nombre veo las letras en verde manzana… (sinestesia grafema-color)
  • Lo que escuchamos nos recuerda un olor, …al escuchar un violín siento olores cítricos, pero cuando empieza la guitarra todo huele a tabaco… (sinestesia olfativa).
  • Saboreamos los sonidos o las palabras, …cada vez que veo la palabra miércoles siento el sabor del café recién hecho… (sinestesia léxico-gustativa).
  • Sentimos emociones al tocar texturas o las saboreamos (sinestesia tacto-emoción).
  • Atribuimos personalidades a los números y letras, pudiendo ser amigable el 6, hermoso el 2 y prepotente el 9 (sinestesia de personificación). 
  • Percibimos sensaciones táctiles al ver que otras personas las sienten (sinestesia tacto-espejo).
Existen rasgos comunes entre los sinestésicos, como es su gran habilidad memorística, elevado coeficiente intelectual y eficiente localización visuoespacial. Debido a esta capacidad asociativa, muchos desarrollan habilidades artísticas. Es más frecuente en mujeres y personas de manualidad zurda. Tiene un carácter hereditario,  permanente y unidireccional, donde ver el número uno siempre induce el color azul, pero ver dicho color no provocará la visualización del número uno. 
Como parte del desconocimiento y la falta de investigación sobre este fenómeno tan complejo y subjetivo, la comunidad científica mantuvo una conducta escéptica hasta hace pocas décadas. Como consecuencia, estos casos fueron tratados como drogadictos, e incluso diagnosticados de esquizofrenia y, por tanto, internados en hospitales psiquiátricos. 
Existen varias teorías sobre el origen sinestésico. La más difundida es el modelo de Activación Cruzada, en el cual durante la poda sináptica que tiene lugar en la infancia temprana, no son eliminadas algunas conexiones, particularmente aquellas que se encuentran más cercanas y, por tanto, los sinestésicos presentarían más interconexiones cerebrales. Apoyando esto, se ha demostrado que durante los primeros meses de vida las áreas encargadas de procesar las aferencias sensoriales están interconectadas, es decir, que al nacer todos somos sinestésicos. De esta forma, experimentamos gustativamente la voz materna, confundimos la visión con el oído y el tacto con el gusto. A medida que las redes neuronales maduran, se van diferenciando y especializando los sentidos.
Otra hipótesis es el de Retroalimentación de largo alcance, donde no hay diferencias en la cantidad de conexiones neuronales, sino que hay una falla en la inhibición de distintas zonas cerebrales. También se ha planteado la presencia de un procesamiento reentrante (en bucle) y el hipervínculo por sobreactivación parietal. Ninguna ha sido demostrada, aunque las investigaciones con neuroimagen funcional han permitido concluir que cada teoría responde a sinestesias diferentes y que lo más probable es que exista una fusión de todos estos mecanismos neuronales.
La sinestesia grafema-color es la forma más frecuente, presente en casi un 50% de los sinestésicos. Los que la presentan ven las palabras, letras, números o símbolos de un determinado color. El escritor Vladimir Nabokov durante su infancia protestaba porque los colores de su alfabeto no correspondían con lo que él percibía. Asociaba su habilidad sinestésica a alucinaciones leves que podían ser auditivas u ópticas. Afirmaba que en su familia era común este don (madre e hijo) y que tenía la sensación de no aprovechar esta capacidad como merecía, en parte porque no acababa de entenderla. 

¿Sabías que algunas personas pueden ver los SONIDOS DE COLORES? 

Esta habilidad de escuchar los colores o por lo contrario, que al escuchar melodías los diferentes tonos adquieran un color particular; es denominado sinestesia musical o cromestesia. Grandes personalidades artísticas la han presentado y en la mayoría ha determinado el curso de sus obras.  Según Billy Joel, las canciones crean mundos de colores. Para él, las melodías suaves tienen tonos verdes o azules y las más fuertes son rojos, naranjas o dorados vivos. Marilyn Monroe refería que en ocasiones veía como si estuviera drogada, porque la música tenía colores. Jimi Hendrix describe en su canción Purple Haze como percibía púrpura el acorde de su guitarra. 
Durante los ensayos el compositor y pianista austriaco Franz Liszt sorprendía a los instrumentistas de su orquesta al exigir que los tonos precisaban que tocaran más azul o que no olvidaran que no era tan rosado, que se trataba de un violeta profundo. Su originalidad alcanzó tan magnitud, que fue el primer artista en lograr que sus seguidoras experimentarán episodios de fanatismo efusivo en sus presentaciones, fenómeno al que se denominó Lisztomanía o fiebre de Liszt.
Sinestesia evoca colores en la música.
El compositor y pianista ruso Alexander Scriabin, planteaba que los colores resaltan los estados de ánimo evocados por la música y que cuando un color se observa con el sonido correspondiente, se crea un poderoso resonador psicológico. Decía que, con el do se vería el rojo, el amarillo acompañaría a la nota re, al sonar mi se observaría el azul cielo, y durante el tono fa, el rojo profundo. De esto se deriva el teclado Clavier á lumère, donde al tocar cada nota se proyecta el haz de luz con el color correspondiente a la propia escala cromática visualizado por el compositor.
El neurólogo francés Bernard Lechevalier, afirma en su libro “Le cerveau de Mozart”; que probablemente la hipermemoria musical del compositor austriaco se basaba en su habilidad sinestésica. Mozart con solo 14 años escuchó la obra musical Miserere en la Capilla Sixtina del Vaticano, posteriormente fue capaz de transcribir de memoria toda la partitura correctamente, incluidos el coro y los instrumentos. Se piensa que, al asociar las pinturas en fresco de Miguel Ángel con los sonidos, fue capaz de escuchar cada nota al recordar la gama de colores.
Los colores de las pinturas de la Capilla Sixtina evocaron la sinestesia.
El expresionismo abstracto fue un movimiento pictórico neoyorquino surgido luego de la segunda guerra mundial, que logró desplazar a París como capital del arte. En su esencia se manifestó la incertidumbre hacia la moral humana con obras de arte que daban a sus creadores un toque de soledad y susurraban a sus espectadores el concepto de libertad. 
Uno de sus precursores fue el pintor ruso Vasili Kandinsky, el cual transformó su arte debido a sus percepciones sinestésicas. Luego de deleitarse en una ópera de Moscú expresó que “…los violines, los profundos tonos de los contrabajos, y muy especialmente los instrumentos de viento personificaban entonces para mí toda la fuerza de las horas del crepúsculo. Vi todos mis colores en mi mente, estaban ante mis ojos. Líneas salvajes, casi enloquecidas se dibujaban frente a mí…”.
Kandinsky pensaba que ver colores en cada melodía era esencial para un artista porque evocaba sentimientos únicos e inigualables. Refería en su libro “De lo espiritual en el arte” que, si el alma fuera un piano con muchas cuerdas, los colores eran su teclado y, por tanto, el artista era la mano que hacía vibrar adecuadamente el alma humana.

¿Sabías que el pintor postimpresionista Vincent Van Gogh solo pintó durante 10 años? 

Comenzó a pintar a los 27 años y falleció a los 37, dejando más de 2000 pinturas. Su obra refleja la realidad caótica en que sus sentidos le mostraban el mundo. En sus cartas, explica que el color representa el entusiasmo de la vida y como cada pintor tiene su paleta de colores preferidas, a través de las cuales atraviesa la oscuridad de su corazón para hallar la luz. Refiere que los sonidos tienen colores y que el verdadero pintor tiene la majestuosa cualidad de usar sus manos como un violinista, de forma tal que determinadas obras lleguen a ser pura música. Admite que entre sus tonalidades preferidas está el amarillo de sus “Girasoles” y el azul de su “Noche estrellada”, porque son reflejados en sus ojos como fuegos artificiales que acarician sus sentidos. Razón por la cual era criticado por sus homólogos, ya que pensaban que la gama de colores que utilizaba no tenía nada que ver con la realidad. Entre sus escritos admite que se sentía incapaz de copiar la entorno que todos los demás veían con una nitidez abrumadora y que su deber era plasmar su modo de ver la vida.
“Cuando siento necesidad de alguna religión, salgo de noche a pintar las estrellas…”
La sinestesia en forma de fuegos artificales de van Gogh

¿Sabías que comenzó a estudiar piano? 

Debido a que expresaba que la experiencia de tocar era sobrecogedora porque cada nota le evocaba un color, fue expulsado del centro y tomado como un ser delirante. 
Indudablemente su habilidad sinestésica fue decisiva para lograr la inigualable expresión subjetiva de sus pinturas, dejando atrás el realismo para evocar un sinfín de emociones en quienes tratan de entenderlas. En su obra se ha demostrado la presencia de fotismos (color o forma percibido ante un estímulo sinestésico) como prueba de su capacidad cromestésica (cuando un sonido traduce un color). 
Existe una forma rara de sinestesia denominada espacio-tiempo, en la que el tiempo toma una connotación física. El actor Geoffrey Rush presenta sinestesias múltiples, incluyendo ésta. Refiere que al tratar de recordar la obra que se estrenó el 8 de mayo de 1982, busca ese año en el lugar preciso de su mente donde está ubicado, y dentro de este espacio localiza el quinto mes. Refiere que es un lugar entre colinas y valles, donde todo está perfectamente organizado. Añade que, en esta especie de plantilla mental, los números del 1 al 12 siguen la posición del reloj y que, a partir del 13, los números suben por colinas y valles hasta el 100 donde vuelven a darle la vuelta al reloj hasta 112, y continua con el mismo patrón. 
Mapa mental del actor Geoffrey Rush.
El ser humano percibe la realidad exterior a través de cinco sentidos (visión, oído, olfato, gusto y tacto), los cuales son conducidos por vías anatómicas diferentes hacia la región de la corteza cerebral especializada en dicho estímulo sensorial. Una vez en el área cortical primaria, es procesada la información y a través de las áreas asociativas, traducida en experiencias para construir nuestro mundo interior. El hecho de poder mezclar todas estas aferencias hace que las personas con sinestesia sean capaces de experimentar otras percepciones más complejas. Integrar estas habilidades en la sociedad, permite que las desarrollen al máximo y, por tanto, sean capaces de innovar y aportar nuevos horizontes en un mundo carente de nuevas perspectivas.

Referencias a consultar:

  • Figueroa MPB. La sinestesia, una condición biológica y la subjetividad del conocimiento humano. Santiago de Chile. 2019.
  • Hochel M. La sinestesia: sentidos sin fronteras. Facultad de Psicología. Universidad de Granada. 2006.